Topísimo
De niño me gustaron los topos, animalillos sabios. Más temprano que todos, entendieron que la superficie era un lugar difícil para vivir. Profundidad era para ellos, libertad, seguridad, espacios amplios, luminosos, limpios. Poco les importó perder la luz, abajo había otra mejor. No recuerdo cuando me convertí en uno, solamente sé que un día surgieron túneles en la ciudad. A diario los recorro, descubro otros, busco nuevos. Me siento feliz. Como los topos, estoy perdiendo la visión. Del exterior me dicen que es vejez. Respondo olfateando el miedo en sus ropas y luego me alejo por los túneles otra vez.
2 Comments:
Así como va esta vida..., pronto seremos muchos!
Como siempre... topísimo!
sugiero a los topos asomar, para ampliar la mirada, para que otros los puedan apreciar, si la luz les ciega, habrá quienes encantados les ayudarán
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