Encuentro
Mantenerme corriendo delante tuyo, es algo que quise toda la vida, así jamás me alcanzarías. Iluso, siempre estuviste al frente, con los brazos abiertos esperando por mi. Clausuré ventanas y pórticos para impedirte entrada. Que ingenuidad, jamás necesitaste entrar, habitaste siempre al interior. Perpetuo movimiento con amague de último segundo para evitar tu roce. Vano esfuerzo, supe ahora que tu abrazo es de toda la vida. Parado estoy ahora enfrente tuyo, tan cerca que puedo sentir tu aliento tibio, el mismo que en cada otoño desnuda árboles y alfombra de mustias hojas mi vida otra vez. Abrázame fuerte tristeza mía.
2 Comments:
Bello; poético; solo al final uno se entera que la figura que intentas eludir es la, o mas bien, tu tristeza.
Después de tan animada conversa, chispeante y alegre, en el cerro Alto del Naranjo, como no ver esa tristeza de la que hablas.
Bueno, bienvenido de vueltas gran escritor; agudo ojo observador, en manos de excelente pluma; estabamos al aguaite.
...dicen que la tristeza y la angustia se suelen cruzar ... que maravilla no tener que "quedarse" con los comentarios.
saludos,
Iris
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